La familia de la mujer de Indianapolis que murió por inhalar demasiado humo de los fuegos artificiales en el evento de lucha libre de la WWE, hace cinco años están luchando por que se haga justicia y demandan a los que dicen son responsables. Susan Prim, de 36 años, fue una enfermera, que llevó a sus hijos, Brodie y Tyler, a Summerslam el 17 de agosto del año 2008, que se celebró en el estadio Conseco Fieldhouse de Indiana.
Durante el final del show, mientras el luchador profesional conocido como The Undertaker celebraba, los fuegos artificiales fueron disparados por todo el estadio. El denso humo de los fuegos artificiales envolvió el lugar causando a Susan de repente un ataque de asma grave.
“Ella nos decía que estaba teniendo problemas para respirar, ella no se sentía muy bien y por eso nos fuimos. colapsó y estaba inconsciente. Ella había estado demasiado tiempo sin oxígeno y no tenía actividad cerebral. Se aferraba a la vida, pero nos dijeron que ya se había ido, expreso su hijo Brodie”.
“Los daños en el cerebro de Susan fueron tan graves que paso de un paro respiratorio a un paro cardíaco y no se recuperó, según David Prim, el marido de Susan”.
Los Prims culpan a la WWE, la ciudad de Indianapolis, entre otros, por no hacer el espectáculo lo suficientemente seguro, causando la muerte de Susan.
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